Nuestro colchón tiene que ser una de las piezas más íntimas de nuestros hogares: nos da la bienvenida para el sueño nocturno, y nos saluda en la mañana para el comienzo de un nuevo día – esto puede durar rutinariamente alrededor de un tercio de nuestras vidas, o al menos tanto como la vida útil de nuestro colchón!
Dependiendo de la calidad del material, un buen colchón debería durarte entre 6-10 años.
Si tu colchón actual ha superado su vida útil y has tenido problemas para dormir, ¡puede que sea hora de que consideres invertir en un colchón nuevo!
Un colchón no es para toda la vida
Aunque, un colchón puede durar mucho tiempo, tanto que es posible olvidar que existe la necesidad de cambiarlo, es un hecho que se trata de un producto indispensable para el buen descanso.
En este sentido, las colchonetas son susceptibles de desgastarse debido al uso frecuente, y como máximo, es recomendable sustituirlas cada 8 o 10 años, de lo contrario podría ser perjudicial para la salud; no obstante, dependiendo de la marca, este tiempo puede ser menor o mayor.
Es decir, dependiendo de la calidad de los materiales de fabricación utilizados, el límite de vida útil de una colchoneta podría ser más o menos largo.
Por ejemplo, un colchón híbrido, o de muelles, podría durar una media de 10 años; en cambio uno de viscoelástico tiene una vida útil de 8 años aproximadamente. Por su parte, los colchones fabricados con látex, están preparados para proporcionar un máximo de 12 años de sueño tranquilo y reparador.
Igualmente, existen factores asociados con la salud que indican que ha llegado el momento de pensar en cambiar de colchón. Entre ellos es posible mencionar: La falta de descanso y confort, la presencia de dolores en la espalda, o en las articulaciones, lesiones, molestias en el cuello o en la zona cervical, insomnio, asma o alergias, estrés o falta de memoria.
En resumen, dormir sobre un colchón en mal estado puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las personas, pero ¿cuáles son las señales que indican que debes cambiar tu colchón? A continuación, encontrarás una descripción detallada de cada una de ellas:
Top 7 Razones para comprar un colchón nuevo
Cambiar un colchón puede llegar a ser una inversión que no teníamos previsto. En nuestra cultura se cree que los colchones son eternos, la realidad es que tienen fecha de caducidad y debemos saber cuando se acerca el momento correcto.
Estas son las 7 razones que comúnmente vemos al momento de que un cliente necesita realmente cambiar su colchón, por su salud y por la salud de su pareja.
1. Satisfacción de las necesidades
A medida que pasan los años, las necesidades del individuo cambian. En consecuencia, es necesario evaluar periódicamente si el colchón que estás utilizando es capaz de proporcionar el descanso adecuado.
Esto, considerando algunas molestias relacionadas con el mal dormir, como la falta de sueño, el agotamiento físico, o las incomodidades relacionadas con el desgaste de los materiales de fabricación del colchón.
Todos estos detalles pueden interferir con el buen descanso, y la energía que se necesita para afrontar las distintas actividades del día a día.
2. Antigüedad
Cómo mencionamos anteriormente, cada colchón tiene, en teoría, un tiempo de duración relacionado con los materiales de fabricación.
Sin embargo, cada individuo tiene un estilo de vida diferente, por lo que el período de vida útil puede variar en algunos casos particulares. Por ejemplo, un colchón para el cuarto de huéspedes será más longevo, en comparación con el de alguien que lo usa todos los días.
3. Deformaciones
Otra razón para cambiar el colchón donde duermes es la presencia de deformaciones o hundimientos.
Cuando los colchones tienen mucho tiempo de uso, tienden a deformarse por el peso propio del cuerpo humano; asimismo, otros elementos que pueden interferir en el período de vida de un colchón, pueden ser: La falta de una base sólida para colocarlo, y una ventilación deficiente.
No obstante, las fallas en el proceso de fabricación, también pueden ser una razón para que una colchoneta se deforme con mayor velocidad. En este sentido, lo mejor es adquirir marcas reconocidas, que puedan garantizar la calidad de sus productos.
4. Acaros, alergias y otros males terribles escondidos
Si te das cuenta que tus alergias duran cuatro estaciones en vez de una, especialmente primera cosa en la mañana – entonces puede ser una señal que la causa raíz está justo debajo de ti.
Con el paso del tiempo, algunos colchones pueden acumular todo tipo de alérgenos incluyendo moho y ácaros del polvo que muy probablemente están agravando tus alergias o asma.
¿Alguna vez pasaste una noche en un hotel o en la casa de algún amigo o familiar y notaste que tus alergias milagrosamente desaparecieron? Sin embargo, en cuanto vuelves a dormir en tu propia cama – tus alergias empiezan a actuar de nuevo. Incluso así, has estado limpiando y aspirando tu colchón religiosamente, pero sigues teniendo problemas para dormir por el constante estornudar y la falta de aire. ¡Es una señal segura que tu colchón es el culpable – y es hora de considerar invertir en un colchón nuevo!
Consejo profesional: Aparte de moho y ácaros del polvo, el material de tu colchón también puede ser la causa de tus alergias. Los colchones tradicionales hechos de materiales como espuma de poliuretano (PU) y espuma de memoria son tratados químicamente con COVs y metales pesados que se sabe que desencadenan alergias.
Con el pasar del tiempo, los ácaros o polillas pueden hacer vida en la estructura del colchón.
En consecuencia, mientras más antiguo sea, existen mayores posibilidades de encontrar este tipo de animales en la cama. Para evitarlo, mantener la higiene adecuada de la colchoneta es indispensable; simultáneamente, esto evitará molestias relacionadas con los ácaros.
5. Tapicería en malas condiciones
Tanto el material que contiene la estructura del colchón, como los elementos internos, pueden sufrir deformaciones relacionadas con el uso. En este caso, algunos elementos como la transpiración u otros fluidos corporales suelen incrementar la velocidad del proceso de deterioro.
Por tanto, la mejor manera de conservar tu colchón en buenas condiciones, por el mayor tiempo posible, es seguir al pie de la letra las instrucciones de mantenimiento indicadas por el fabricante.
6. Calidad del sueño
«La felicidad es volver a mi cama después de un largo y cansado día». – dijo todo durmiente bien descansado alguna vez!
Todo el mundo necesita dormir bien; cuando piensas en relajarte, tu colchón debería ser esa única cosa que no puedes esperar para saltar encima!
Sin embargo, si tu colchón ha perdido su comodidad hasta el punto que eres incapaz de quedarte dormido en la noche y te despiertas increíblemente cansado y de malhumor, puede ser que tu cuerpo se vea forzado a compensar durante la noche para encontrar una posición cómoda para dormir.
Similarmente, si has estado experimentando sudores nocturnos más de lo usual cuando nada notable en tu ambiente ha cambiado – hay una buena probabilidad que sea tu colchón llegando a su fecha de expiración.
Dependiendo del material – a medida que un colchón envejece, empieza a suavizarse y lentamente pierde su habilidad de permitir el flujo de aire hacia la superficie.
La falta de circulación de aire promueve un ambiente caluroso y húmedo causando que sudo toda la noche. Si este es el caso, ¡reemplazar tu colchón actual podría mejorar en gran medida la calidad de tu sueño!
Ciertamente, tener un sueño tranquilo y reparador se traduce en una mejor calidad de vida. Al contrario, un colchón deformado o en malas condiciones puede afectar el descanso y generar complicaciones en la rutina diaria.
En consecuencia, si todas las mañanas sientes que no has descansado bien, o manifiestas dolores lumbares y musculares, es posible que tengas que evaluar la posibilidad de cambiar tu colchón.
7 Cambios físicos
Tanto en los niños como en los adultos, pueden presentarse cambios físicos con el pasar del tiempo, lo que modifica las necesidades del individuo en cuanto a descanso se refiere.
Entonces, si tienes patologías o has sufrido cambios físicos en un tiempo determinado, puede que tu colchón ya no esté satisfaciendo tus necesidades, y cambiarlo también es una alternativa.
Igualmente, en el caso de los niños en proceso de crecimiento y desarrollo, es más común la necesidad de adquirir una nueva colchoneta.
Otras razones para cambiar tu colchón
Sin duda, tener un colchón nuevo, que se adapte a tus necesidades actuales, se traduce en una mejor experiencia de sueño.
Esto, entre otras cosas, retrasa el proceso de envejecimiento y te da energías para enfrentar la rutina diaria. A continuación, otros motivos para comprar un colchón nuevo:
- Durante la noche el cuerpo humano se recupera física y mentalmente de la jornada, lo que se traduce en menos estrés para el individuo.
- La toma de decisiones y las actividades cotidianas se realizan con más energía y acertividad, después de tener una buena noche de sueño.
- Dormir bien puede mejorar el humor del individuo y su relación con quienes le rodean. Además, incrementa el sentido de alerta y la buena actitud ante la vida.
- El cuerpo humano también es capaz de combatir patologías durante la hora del sueño.
En resumen, tener un sueño de calidad no solo se trata de dormir el tiempo reglamentario, de 7 a 9 horas por noche, también está relacionado con el buen descanso que puede proporcionarte tener un colchón de calidad. Esto se traducirá en una mejor salud física y mental.
Conclusiones
En conclusión, determinar cuándo cambiar un colchón depende de varios factores, como la calidad del colchón, su uso y el cuidado que se le haya brindado.
En promedio, se recomienda reemplazar un colchón cada 7 a 10 años para garantizar un descanso adecuado y un soporte óptimo.
Sin embargo, es importante estar atento a las señales de desgaste, como la pérdida de firmeza, hundimientos o molestias al dormir. Además, es esencial cuidar y mantener el colchón en buen estado, utilizando protectores y cubrecolchones, y dándole la limpieza y el mantenimiento adecuados. Al final, la decisión de cambiar el colchón debe basarse en la comodidad, el soporte y la calidad del sueño que proporciona, asegurando así una experiencia de descanso saludable y reparadora.